"La frontera de Despeñaperros es física pero también mental"
El editor lamenta la poca proyección nacional que tienen las propuestas andaluzas
Alfredo Asensi / Córdoba | 22.04.2009 - 05:00Fernando Pessoa, Herman Melville, Nathaniel Hawthorne y Benjamin Franklin forman parte del catálogo de Mono Azul, una editorial que desde Sevilla hace una apuesta directa por la literatura de calidad y que forma parte la Red de Editoriales Independientes (REI) junto a Cangrejo Pistolero, La Bella Varsovia, La Máquina China y Autoras. Su director, Javier Hernández Pizarroso, participó ayer en la mesa redonda Editar hoy en la Feria del Libro.
-¿Cuáles son los retos principales a los que hoy se enfrentan los editores de libros?
-A gran escala, todos tienen que ver con el futuro del libro, el fomento de la lectura, el fortalecimiento del libro en todos sus perfiles. Y los desafíos impuestos por las nuevas tecnologías: los libros digitales, el papel que representan los blogs...
-¿Y las claves de la supervivencia, en el marco actual, de las editoriales independientes?
-Las editoriales integrantes de la REI pueden responder con su experiencia a esta pregunta. Todas nos basamos en un criterio fundamental: la calidad de los libros. Hay que poner mucho cuidado en la difusión y en la relación con los lectores: tratarlos de tú a tú, intentar que el lector sienta que el libro que propones parece hecho para él.
-La distribución y la presencia del libro en las librerías son los aspectos que quitan el sueño a muchos editores.
-El problema es que hay una tierra de nadie entre el editor y el lector. Hay que buscar las vías de distribución más rápidas, las que reduzcan ese territorio para facilitar un mejor acercamiento al lector. Esto conlleva riesgos. Nosotros optamos por la distribución tradicional y por la más directa a través de internet. No obstante, el modelo actual de distribución se está cuestionando a sí mismo. En los próximos años vamos a asistir a cambios relevantes en este ámbito. Internet representará un papel fundamental.
-¿En qué momento se encuentra el sector editorial andaluz?
-Ha dado pasos relevantes en los últimos años. El problema está en la presencia que nuestras propuestas tienen en Madrid o Barcelona. Es muy difícil que un libro publicado en Andalucía, aunque sea de gran calidad, abra una sección cultural en un periódico de Madrid o Barcelona. La frontera de Despeñaperros es física pero también mental. Pero no hay que ser llorón. Tenemos que seguir trabajando para que en Andalucía surjan más propuestas de calidad.
-En este sentido, en los últimos años han nacido editoriales como la suya o El Olivo Azul, que ocupan un espacio en el sector editorial andaluz que hasta entonces estaba prácticamente vacío.
-Hemos roto algunos complejos. Siempre se había pensado que en Andalucía se podía editar pero que a la hora de hablar de la gran literatura había que apuntar hacia Madrid y Barcelona. Pasa también en el nivel de los escritores: hay autores andaluces muy buenos pero que sólo despuntan cuando publican fuera. Tenemos que crear una plataforma mayor, una caja de resonancia para que en el exterior haya un mayor conocimiento de la producción editorial andaluza.
-¿La crisis está afectando a la edición en la misma medida que a otros sectores?
-A nivel estructural, las editoriales nos movemos en el mismo terreno, aunque quizá habría que decir en la misma ciénaga, que otros sectores. Padecemos las mismas dificultades. En términos de ventas, la crisis no se está notando tanto. El libro es un entretenimiento barato; lo compras y te sirve de evasión durante varios días en tu sillón. Yo creo que a las crisis hay que darles la vuelta, sacarles la punta positiva. Ésta es una crisis de recursos y tenemos que estar preparados porque aún durará mucho tiempo.
-¿Qué balance hace de la trayectoria de Mono Azul?
-Empezamos en 2005 y el balance es positivo, si bien aún nos quedan muchas cosas por hacer y descubrir. Estamos más o menos asentados. Nuestro objetivo es establecer un catálogo sólido, pero los catálogos sólidos son lentos. Esto es una carrera de fondo.
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-¿Cuáles son los retos principales a los que hoy se enfrentan los editores de libros?
-A gran escala, todos tienen que ver con el futuro del libro, el fomento de la lectura, el fortalecimiento del libro en todos sus perfiles. Y los desafíos impuestos por las nuevas tecnologías: los libros digitales, el papel que representan los blogs...
-¿Y las claves de la supervivencia, en el marco actual, de las editoriales independientes?
-Las editoriales integrantes de la REI pueden responder con su experiencia a esta pregunta. Todas nos basamos en un criterio fundamental: la calidad de los libros. Hay que poner mucho cuidado en la difusión y en la relación con los lectores: tratarlos de tú a tú, intentar que el lector sienta que el libro que propones parece hecho para él.
-La distribución y la presencia del libro en las librerías son los aspectos que quitan el sueño a muchos editores.
-El problema es que hay una tierra de nadie entre el editor y el lector. Hay que buscar las vías de distribución más rápidas, las que reduzcan ese territorio para facilitar un mejor acercamiento al lector. Esto conlleva riesgos. Nosotros optamos por la distribución tradicional y por la más directa a través de internet. No obstante, el modelo actual de distribución se está cuestionando a sí mismo. En los próximos años vamos a asistir a cambios relevantes en este ámbito. Internet representará un papel fundamental.
-¿En qué momento se encuentra el sector editorial andaluz?
-Ha dado pasos relevantes en los últimos años. El problema está en la presencia que nuestras propuestas tienen en Madrid o Barcelona. Es muy difícil que un libro publicado en Andalucía, aunque sea de gran calidad, abra una sección cultural en un periódico de Madrid o Barcelona. La frontera de Despeñaperros es física pero también mental. Pero no hay que ser llorón. Tenemos que seguir trabajando para que en Andalucía surjan más propuestas de calidad.
-En este sentido, en los últimos años han nacido editoriales como la suya o El Olivo Azul, que ocupan un espacio en el sector editorial andaluz que hasta entonces estaba prácticamente vacío.
-Hemos roto algunos complejos. Siempre se había pensado que en Andalucía se podía editar pero que a la hora de hablar de la gran literatura había que apuntar hacia Madrid y Barcelona. Pasa también en el nivel de los escritores: hay autores andaluces muy buenos pero que sólo despuntan cuando publican fuera. Tenemos que crear una plataforma mayor, una caja de resonancia para que en el exterior haya un mayor conocimiento de la producción editorial andaluza.
-¿La crisis está afectando a la edición en la misma medida que a otros sectores?
-A nivel estructural, las editoriales nos movemos en el mismo terreno, aunque quizá habría que decir en la misma ciénaga, que otros sectores. Padecemos las mismas dificultades. En términos de ventas, la crisis no se está notando tanto. El libro es un entretenimiento barato; lo compras y te sirve de evasión durante varios días en tu sillón. Yo creo que a las crisis hay que darles la vuelta, sacarles la punta positiva. Ésta es una crisis de recursos y tenemos que estar preparados porque aún durará mucho tiempo.
-¿Qué balance hace de la trayectoria de Mono Azul?
-Empezamos en 2005 y el balance es positivo, si bien aún nos quedan muchas cosas por hacer y descubrir. Estamos más o menos asentados. Nuestro objetivo es establecer un catálogo sólido, pero los catálogos sólidos son lentos. Esto es una carrera de fondo.
Otras noticias en Prensa de HOY:
http://www.20minutos.es/noticia/464320/0/editorial/pequeno/independiente/
http://www.eldiadecordoba.es/article/ocio/405299/quotla/frontera/despenaperros/es/fisica/pero/tambien/mentalquot.html
http://www.diariocordoba.com/noticias/noticia.asp?pkid=477720
http://actualidad.terra.es/cultura/articulo/editoriales-independientes-creen-lectura-digital-3202855.htm
http://www.estrelladigital.es/ED/diario/123663.asp
http://www.elconfidencial.com/cache/2009/04/21/93_editoriales_independientes_creen_lectura_digital_competencia.html
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